domingo, 5 de enero de 2020

Facilitadores del crecimiento de los hijos









“Sus hijos no son de ustedes. Son los hijos y las hijas del aliento de la Vida. Llegan a
través de ustedes, pero no son realmente suyos. Y aunque están con ustedes, no les
pertenecen. Podrán darles su amor, pero no sus pensamientos, porque sus hijos tienen
pensamientos propios.
Podrán albergar sus cuerpos, pero no sus almas, porque sus almas habitan en la casa
del mañana, que ustedes no pueden visitar, ni siquiera en sueños.
Podrán, cuando mucho, parecerse a ustedes; pero nunca traten de hacerlos semejantes
a lo que son ustedes. Porque la vida no retrocede, ni se estanca en el ayer.
Ustedes son los arcos para que sus hijos, flechas vivientes, se lancen al espacio.
Pero el Arquero es Dios y Él ve la marca en lo infinito; El es quien doblega las flechas,
con su poder, para que sus flechas lleguen veloces a la lejanía. Que el ser doblegados
en manos del Arquero sea nuestra alegría; porque aquel que ama a la flecha que vuela,
también ama al arco que no viaja".


Respondemos:

¿Qué es lo que más me llamó la atención en esa historia?
En mi relación para con mis hijos, ¿verdaderamente he sido el arco que los impulsa por
la vida?
En ocasiones, ¿me comporto como un cordón que los mantiene amarrados a mí y a mis
decisiones?
Cómo hijo  , Cómo me siento?

PENSEMOS
Los papás transmiten a sus hijos la vida que viene de Dios y, por lo tanto, deben
alimentar la vida que Dios les ha confiado y ayudar el proceso para que se conviertan en
personas (ver CIC 1251, 2221). Se debe mirar a los hijos, como a hijos de Dios y
respetarlos como a personas humanas (ver CIC 2222). Y, día tras día, hay que
reconocerse como los primeros y principales colaboradores de su proceso de
crecimiento integral (ver CIC 2223; GS 3).
Desde el ambiente del hogar, en un clima de amor, los hijos aprenden, junto a sus
papás, valores humanos y cristianos que son el fundamento para el camino de su vida
(ver CIC 2223).
El deber de educar a los hijos es de tanta trascendencia que, cuando los papás faltan o
desatienden su responsabilidad, difícilmente alguien puede suplirlos (ver CIC 222).
Tal vez, antes de continuar, sea necesario aclarar lo que abarca el término “educar":

Reflexionamos sobre lo que es educar: 

Respondemos:

¿Qué actitudes de mi vida debo modificar para apoyar realmente a mi hijo(a) en su
crecimiento integral como persona?

¿Qué actitudes de mi vida debo modificar para apoyar realmente a mis padres?



CELEBREMOS


Frente al grupo se coloca un cirio encendido.

Nos ponemos todos de pie.
Leemos del capítulo 30 del libro del Eclesiástico los versículos del 1 al 6.
Dejamos un momento de silencio para la reflexión interior.


Terminamos nuestra celebración cantando "Estoy pensando en Dios".

ESTOY PENSANDO EN DIOS.
Estoy pensando en Dios, estoy pensando en su amor.
Estoy pensando en Dios, estoy pensando en su amor.
Olvida el hombre a su Señor
y poco a poco se desvía,
y entre angustia y cobardía
va perdiéndose el amor.
Dios le habla como amigo,
huye el hombre de su voz.
Estoy pensando en Dios,...
Yo siento angustia cuando veo
que después de dos mil años,
y entre tantos desengaños,
pocos viven por amor.
Muchos hablan de esperanza,
más se alejan del Señor.
Estoy pensando en Dios,...
Todo podría ser mejor,
si mi pueblo procurase
caminar sin alejarse
del camino del Señor.
Pero el hombre no hace suyos
los senderos del amor.
Estoy pensando en Dios,...
Todo podría ser mejor
en fervor y en alegría,
fuesen las madres María
y los padres San José,
y sus hijos imitasen
a Jesús de Nazaret
Estoy pensando en Dios,..






No hay comentarios.:

Publicar un comentario